martes, 5 de mayo de 2015

El reto de correr...la Alcornocaliza Trail

Primera edición de esta prueba, llamada Alcornocaliza porque une dos escenarios distintos pero a cual más espectacular. La salida era desde Ubrique con un primer bucle de 45 kms y 1.600 d+ en el parque de los Alcornocales y un segundo tramo por la sierra de Grazalema (pasando por Villaluenga y Benaocaz) con 33 kms y 1.700 d+. Sobre el papel, viendo el trazado y desnivel, una ultra "dura pero asequible", si la comparamos con otras con más de 100 kms y muchos más de desnivel. Después la realidad fue muy distinta.

De nuevo tuve la suerte de correrla junto a Jose Mariscal, del que tanto estoy aprendiendo en esto de las ultras. La salida se dio a las 5.30 de la mañana después de un buen madrugón, pero lo agradecimos porque nos quitamos muchas horas de sol en la primera zona por los Alcornocales. Fue la parte "amable" de la carrera, ya que llevamos un buen ritmo mejorando incluso los tiempos previstos. En este tramo hicimos 5h30m pero ya empezaba a apretar el calor.



Después de reponernos algo en Ubrique, a por la segunda parte, que deberían haber llamado la de la "paliza". Aparte de la dureza y del terreno técnico de nuestra sierra de Grazalema se unió un factor que multiplicó la dificultad: el calor. Las previsiones decían que habrían sobre 30 grados pero a mí me parecieron 40. En la primera subida desde Ubrique fue tremendo, con pájara incluida. Ahí nos dimos cuenta que ya era cuestión de salud y decidimos tomarnos la carrera con más filosofía, mirando aun menos el reloj y parando lo necesario. Y así fue. Aquí tardamos más de 9 horas, que se dice pronto, pero fueron muy largas.

Esta imagen lo dice todo...pura necesidad
Lo cierto es que terminamos, y enteros, que es lo que acordamos viendo lo que se nos venía encima, con un tiempo de 13h46m. A veces hay que saber parar o bajar el ritmo para "sobrevivir". Todavía no tengo demasiada experiencia, pero esto de las ultras es una auténtica aventura, y en ellas se viven momentos buenos y malos. Todos cuentan, y al final es la suma de todos ellos los que te dejan una huella.


Algunos de esos momentos que recordaré fueron estos:
  • La frase de Jose cuando íbamos en el coche camino de Ubrique a las 4 de la mañana..."desde luego estamos hechos unos frikis de esto, tío"... y reírnos de la gran verdad que había dicho.
  • Los kms que compartimos en el primer tramo y las charlas con tantos amigos, en especial con Fabián (vaya carrerón que hizo el tío) y con Rosa (que terminó segunda en mujeres después de una dura lucha hasta el final), pero también con otros que conocimos allí.
  • El bocata que me comí antes de empezar el segundo bucle en un banco de la plaza junto a dos ancianos del pueblo que me preguntaban de dónde y hacia dónde íbamos y por qué. Decían si había premios en dinero, porque no entendían "el gusto de machacarse así".
  • El inicio del segundo bucle con la subida desde Ubrique, donde estuvimos a punto de sufrir un golpe de calor. Tuvimos que parar un par de veces y refugiarnos detrás de unos matorrales a la sombra con una buena pájara para recuperar pulsaciones.
  • El "baño" que nos pegamos en un riachuelo metiendo la cabeza en una cuarta de agua a la desesperada y después el litro que me bebí a pelo del cauce un poco más arriba. La necesidad superó a la prudencia, y es que estaba seco.
  • El avituallamiento en Villaluenga, donde Isa, una voluntaria que también colabora en nuestra Trail Pirata, nos obsequió con una cerveza helada y unos pestiños. En ese momento me supieron a gloria y estoy seguro que me ayudaron a encarar la famosa bajada a Villaluenga desde el Navazo, pero claro, esta vez hacia arriba, que no tiene nada que ver.

Hay que felicitar a los organizadores porque la prueba es más que recomendable, aunando belleza y dureza en un recorrido muy estudiado. Creo que en próximas ediciones dará mucho que hablar. En resumen, otra experiencia más que me llevo, y que me reafirma en lo afortunado que soy por poder disfrutar de todos estos ratos.