domingo, 29 de septiembre de 2019

De Jerez al UTMB

Mucho tiempo ya desde la última entrada al blog, más de cuatro años y medio. La falta de tiempo, las redes sociales y la inmediatez de Facebook han hecho mucho daño a los blogs, al menos al mío. Durante este tiempo he entrado varias veces y me ha dado mucha pena ver que esa entrada de la Alcornocaliza parecía eterna. No me gusta dejar las cosas inacabadas, si es que tienen un final, o al menos sin continuación, como es el caso.

Y en este tiempo, ¿qué ha pasado? Pues mucho, la verdad, y casi todo bueno. He corrido 24 carreras, casi todas trail y bastantes de ultra distancia, que es lo que me gusta y para lo que me he ido preparando y especializando. A destacar, la Euráfrica Trail de 73k; Sierra Blanca con 42k en dos ocasiones; Bandoleros, mi prueba favorita, dos ocasiones la de cien millas y una la de 77k; Trail Grazalema de 48k; Gran Trail de Peñalara con 115k dos veces; Gran Vuelta Valle del Genal con 130k; Jarapalos de 42k en 3 ocasiones; Trail de Álora con 53k; la Ultramaratón de la Vida con 50k; la Sherry Maratón con 42k o la Ultra Pirineu con 115k. La última, el sueño de correr UTMB, pero eso es otra historia.


Pero entre todas esas carreras y todos sus entrenos ha habido también malas noticias, que para un corredor no son otras que las lesiones. Mi rodilla izquierda con su condromalacia y su menisco han ido a peor. Más fuerte y preparada pero sufriendo un desgaste importante que al final pasa factura. Además de esto, otras molestias en piramidal, ciática y sobrecargas varias típicas de todo corredor que he ido superando. No me puedo quejar.

Ha sido un periodo largo en el que he crecido como corredor, con muchas experiencias y con mucho esfuerzo, como siempre, y en el que hace tres años nació un nuevo objetivo que sinceramente nunca fue mi sueño: correr el Ultra Trail Mont Blanc. Unos amigos me preguntaron si me unía en un grupo con ellos para entrar en el sorteo, ya que cumplía el requisito de tener los puntos necesarios. Era mediados del año 2016 y sabiendo que era bastante difícil acepté sin muchas ilusiones. Ocurrió lo esperado y no entramos. Al año siguiente de nuevo se planteó y ya sí que tenía claro que quería y podría correrla, ya que lo normal es que entráramos al tener doble opción. Preparé todo con mucha esperanza y ante nuestra sorpresa tampoco nos tocó el maldito sorteo. Después de algunos días desilusionado ya fui consciente que el año siguiente estaríamos en Chamonix ya que por las normas, a la tercera se entra sin sorteo teniendo los puntos, cosa que yo cumplía.


Desde ese momento cada entreno, cada carrera, tuvo un objetivo último. El UTMB. Tener esa referencia me hizo ganar en ilusión y superar las muchas dificultades que fueron surgiendo, pero esa es otra historia: el camino hasta el UTMB.