viernes, 13 de marzo de 2015

El reto de correr...El Ultra Trail Sierra de los Bandoleros (150K - 6000 d+)

Llegó el gran día. El momento esperado  ya estaba ahí. Por fin entraba en la zona de control de mochilas y material obligatorio para pasar a la zona de salida de una carrera que había seguido de cerca los dos años anteriores animando a Jose y que este año iba a vivir en primera persona acompañando al maestro, que iba a por su tercera chaqueta, que se dice pronto.

Con el maestro
Antes de eso había llegado por la mañana para hacerme in situ el preceptivo reconocimiento médico, recoger el dorsal y entregar las mochilas para los avituallamientos. Todo un ritual que te va poniendo en situación y acercando al momento de partir, al punto en el que te lanzas al vacío, a lo desconocido. Aquí no tenía nervios pero sí mucha tensión y responsabilidad. Es relativamente fácil apuntarse a retos pero cuando hay que afrontarlos es cuando de verdad tomas conciencia de la envergadura de ello. En realidad no tenía muy claro cual era el verdadero alcance del mismo, y probablemente era lo que más me preocupaba, esa sensación de no tener el control.

Tuve la suerte de sentirme muy arropado en la salida, ya que mi mujer e hijos, mis hermanas, Falín y familia y algunos amigos quisieron estar allí, cosa que les agradeceré siempre porque era un momento importante para mí. Después de saludar a algunos amigos y conocer a otros nuevos, directo al arco de salida. Allí estuvimos casi 20 minutos esperando al "trabucazo" que por fin se dio. La crónica de la carrera la haré por los tramos por los que discurrió.

El Bosque
1) Prado del Rey - El Bosque: La emoción de la salida me hace ir con algo de tensión, incluso algo subido de pulsaciones, aunque conforme van pasando los kms me voy normalizando. El tramo discurre por caminos sin dificultad y con tendencia a bajar. Son casi 8 kms a ritmo cómodo junto a Cristina y Magua con muchas bromas. Primer contratiempo: a Jose no le abre un bastón por lo que tenemos que avisar a Falín para que busque unos alicates. En El Bosque ya los tenía preparados y todo arreglado. No tengo palabras de agradecimiento hacia el comportamiento recibido por él. Avituallamiento rápido y saludos a la family y amigos que nos habían esperado también allí.

2) El Bosque - Llanos del Campo: Comienza el espectáculo. Subida a un cortafuegos bastante duro. Lo conozco bien porque hemos entrenado varias veces por allí así que me limitó a ir en fila india a ritmo medio tirando de bastones. Después comienza un terreno técnico con sube-bajas. Intentamos ganar algunas posiciones y en uno de los adelantamientos me despisto y me tuerzo el tobillo derecho muy fuerte. Casi me tengo que tirar al suelo del dolor. Continúo como puedo y se me viene el mundo encima. Me temo lo peor y un sudor frío recorre mi cuerpo, incluyendo alguna lágrima desesperada. No me lo puedo creer. Con ayuda de los bastones y apoyando sólo la punta del pie aguanto como puedo hasta el avituallamiento de los Llanos. Antes he vuelto a saludar a la familia en un cruce de la carretera sin querer decirles nada del desastre. Para colmo no hay atención médica en el control por lo que aprieto los dientes y sigo.

Subiendo el cortafuegos
3) Llanos del Campo - Puerto del Boyar: Tramo de 6 kms en continua subida serpenteando aunque no con mucho desnivel. Ya es noche cerrada y mi preocupación la transmito con mi silencio. Jose me conoce y se da cuenta. Casi ni me pregunta para no torturarme. El dolor persiste aunque voy notando que se va "acolchando" y ya no es tan agudo. Puedo casi correr sin girar el pie hacia fuera. Llegados al punto de control tampoco hay médicos. Sólo quiero una crema o un poco de Reflex, pero me conformo con un ibuprofeno, un bocata y una coca-cola.

4) Boyar - Villaluenga: Una de las partes claves de la carrera y la más técnica. 13 kms que comienzan con la subida al puerto de las Presillas. Empiezo a relajarme un poco y en plena conversación con Jose en una bajada tropieza y sale disparado. Golpe en la espalda y un pie fastidiado. Vaya ultra con más incidencias. Se recupera como puede y seguimos para subir al Simancón. Hace viento y frío por lo que la noche no será agradable por aquí arriba. En la bajada nos encontramos con Magua, un experto en esto de las ultras y gran persona. No está pasando por buenos momentos aunque sea pronto por lo que ha decidido conservar y ver cómo evoluciona en la carrera. Lo dejamos antes de encarar la famosa bajada a Villaluenga. Al que no conozca el terreno le "echa patrás". Es como un balcón de cientos de metros sobre el pueblo lleno de piedras. La conocemos y se nos da bien, por lo que sin arriesgar demasiado vamos ganado posiciones. Esto me da confianza y el tobillo ya no es un enemigo. Alcanzamos a Cristina, que finalmente sería segunda de la general femenina con un tiempazo. Se le ha roto la zapatilla pero no pierde su buen humor que contagia a todo el que se le acerca. En el avituallamiento de Villaluenga paramos un rato a comer más en serio: caldo caliente, bocata, bebida y hasta un café. Llevamos 6 horas en 30 kms lo que da una idea del tipo de terreno por el que andamos.

5) Villaluenga - Refugio Llanos de Líbar: Nada más salir del pueblo me dirijo a un punto de emergencias sanitarias de la prueba donde me ponen Reflex en el tobillo, que está medio "adormecido". Continuamos por una pista de asfalto en subida, Llanos de Republicano y llegamos al puerto del Correo, que subimos a buen ritmo. En esta parte nos encontramos con Sergio y Arthur, compañeros con los que compartiríamos muchos kms. Haberlos conocido ha sido otra de las gratas experiencias de la carrera. Después nos esperaría un carril amplio hasta el refugio en una zona muy abierta donde el viento pegaba de lo lindo. Tuvimos que dejar de correr porque no merecía la pena malgastar fuerzas. Momento delicado para mí en la carrera, ya que se me cortó el cuerpo y se me cerró el estómago. En el refugio tengo hasta fatiga de ver la comida. Me tomo un caldo a desgana y poco más.

6) Llanos de Líbar - Montejaque: El tramo más plano y más "cómodo" de la carrera. Seguimos con los buenos de Sergio y Arthur. Aprovechamos las zonas en las que el viento no pega de frente para correr bastante. Mucho frío y mi estómago que no recupera por lo que empiezo a preocuparme. Llegamos a Montejaque a las 3 de la mañana. No hay un alma en las calles. Las piernas ya se resienten después de 50 kms. En el avituallamiento me noto mejor y hago una especie de "merienda de madrugada" con Cola-cao y dulces.

7) Montejaque - Ronda: Tramo duro y bastante pesado con una subida interminable en una pista en la que nos cruzamos con los que vienen de vuelta. El camino es el inverso al de los 101 por lo que me trae muchos recuerdos. Mucha charla solitaria con Jose, que está pasando mucho sueño ahora. Andamos en la subida pero también corremos bastante en el llano. En Ronda el control está situado en el polideportivo, donde paro algo más para recuperar, comer un buen bocata y cambiarme de calcetines. A excepción de una ampolla en un dedo los tengo muy bien. Son las 5 de la mañana.

En Montejaque con tres grandes: Jose, Sergio y Arthur

8) Ronda - Benaoján: La salida de Ronda es también muy larga, incluyendo la bajada por la "cuesta del cachondeo" y dando un rodeo tremendo hasta coincidir con el tramo anterior. Los corredores que suben nos preguntan si queda mucho para Ronda y mejor no les contestamos o les mentimos. Después enganchamos de nuevo con Sergio y Arthur y continuamos corriendo por un carril paralelo a las vías del tren hasta llegar a una bonita subida que liderada por Sergio hacemos a muy buen ritmo. Desde allí empieza a clarear por fin el día y se divisa Benaoján, donde llegamos en un descenso rápido por pista. En el control nos encontramos con Magua, que recupera tiempo haciendo paradas muy cortas. Sale antes y yo aprovecho para comer algo de tortilla, un caldo y un cola-cao.

9) Benaoján - Jimera de Líbar: Son las 7:30 y empieza a amanecer. Nuestro mejor tramo. Lo conozco de haber disputado dos veces la Cueva del Gato y me gusta. Discurre pegado al río y aunque con sube-bajas es muy corrible y divertido. Arthur y Sergio se quedan más tranquilos y nosotros iniciamos una escalada de adelantamientos continuos. Muchos corredores solos con paso cansado ya por aquí. Justo antes de Jimera noto una bajada de azúcar. Tiro de gel y gominolas pero necesito más. Sorpresa cuando en el avituallamiento me encuentro con un bizcocho que literalmente arraso, junto a varias coca colas, chocolate y golosinas. Vaya festival.

10) Jimera - Cortes de la Frontera: Salimos con Magua con el que coincidimos en el avituallamiento y en un bonito sendero aprovechamos para correr a la vez que por fin empieza a darnos el sol. Magua se queda un poco y comenzamos otro tramo largo de pista que rodea la llegada a Cortes y su famosa cuesta. Ahí aprieto los dientes y tiro fuerte. Tenía ganas de llegar pensando que quizás tuviéramos recibimiento familiar. Cualquier ánimo a estas alturas es un tesoro.Aunque no pudieron estar allí sí sentí su empujón y nos sirvió para alcanzar Cortes en menos tiempo de lo previsto. Son las 11 de la mañana y llevamos 95 kms ya. Comienzo con mi teoría del globo que se llena en el avituallamiento y se va vaciando hasta llegar al siguiente. El" truco" consiste en aguantar con algo de aire de control a control. Parece fácil.

11) Cortes - Villaluenga: Uno de los tramos más duros. Se me hizo interminable. Nada más salir sigue la subida que se endurece y convierte en técnica hasta llegar a un cerro. Hace mucha calor y casi agoto el agua. Después volvemos a hacer el puerto del Correo a la inversa y en su bajada ya noto algunos problemas en el tobillo. Nos encontramos con Rosa, otro de los descubrimientos gratos de la carrera, que sería tercera de la general femenina con la que compartimos un buen rato, aunque nada de charla por mi parte ya que iba bastante regu. En los Llanos del Republicano no pude correr, el globo totalmente vacío. En la subida asfaltada me encuentro a la family animando. Subidón que me permite correr hasta el control en Villaluenga. Llego a lo justo, totalmente vacío. Me cambio de ropa, como algo y bebo todo lo que puedo y salimos después de descansar un rato, ya que las piernas me lo pedían. Me hubiera gustado tener otra imagen en este encuentro con la familia y Falín pero llevamos 111 kms y el control físico ya es muy relativo.

Llegando a Villaluenga

12) Villaluenga - Grazalema: Tramo clave con una subida fuerte y técnica nada más salir. Nos vamos con Rosa y aunque con una parada intermedia para tomarnos un gel la hacemos a un buen ritmo, mucho mejor de lo que esperaba. Estoy muy recuperado y nos permitimos hacer una bajada hasta el camping bastante fuerte. Yo diría casi suicida a estas alturas. Ahí me resiento del tobillo de nuevo y ya reaparece el dolor al girarlo externamente, aunque los cuadriceps también algo tocados y los gemelos igual. El control en Grazalema está abajo del todo y llego de nuevo con lo justo. Allí me espera mi buen amigo Eugenio y su familia. Vaya detallazo. Me da más fuerzas y hago otra ingesta masiva de azúcar. A destacar todos los voluntarios.Son increíbles. Todo son buenos gestos y mejores palabras. No sólo aquí sino en todos y cada uno de los avituallamientos y puntos de control. Enhorabuena y gracias por su apoyo.

13) Grazalema - Benamahoma: Cinco de la tarde y 123 kms en las piernas. Hay que subir hasta la entrada del pueblo y luego hacemos el sendero que nos lleva al puerto del Boyar. Todo en subida y andando aunque bastante rápido. Después mini parada para una gominola en el puerto y hacemos el descenso hasta Benamahoma corriendo. No pensaba que estaría en condiciones de hacerlo así. De todas formas el tobillo ya duele bastante y pido a Jose bajar un poco el ritmo. No es plan perder todo a estas alturas. En dos horas estamos en Benamahoma, control situado en un colegio, donde de nuevo nos esperan nuestras familias. Subidón de moral. Como y bebo lo que puedo y un ATS me pone algo frío y una crema en el tobillo, que ahora sí que me duele mucho.

Bajando desde el Boyar

14) Benamahoma - El Bosque: Tramo por el río Majaceite con noche cerrada y frío. Lo he hecho ya muchas veces pero hoy se me hace largo. Las fuerzas están ya muy justas pero en algunas zonas incluso corremos. En El Bosque de nuevo nos esperan nuestras familias y Falín con un bocata de filete que nos sabe a gloria.Ya casi lo tenemos.

15) El Bosque - Prado del Rey: Uno de los tramos más duros. Casi todo en subida por una pista y después por un camino sin fin. Aunque a ritmo muy rápido, pero aquí sólo andamos. Da la sensación que correr es malgastar fuerzas aunque tampoco las hay. No se ve final al camino y hay que tirar de paciencia. Son casi 12 kms que hacemos en 2 horas interminables. Para colmo me entra una piedra en el pie y me forma una ampolla tremenda en la planta y talón, pero ya todo da igual. Prado se alza ante nosotros y la subida por su avenida con farolas la hacemos flotando, más que corriendo. La llegada rodeado de mis hijos y mi mujer en meta convierten el momento en único. El tiempo: 28 horas y treinta y dos minutos. Entro con Jose cogido de la mano y cierro los ojos. Había imaginado esto muchas veces. Después mini entrevista del speaket, medalla, diploma y la cotizada softshell de finisher. Emocionante.


Como conclusiones saco varias, y principalmente una: no puedes controlar una ultra al detalle. Por mucha preparación y planificación que lleves pueden pasarte mil cosas. Por ejemplo, que en el km 10 me tuerza un tobillo y esté a punto de abandonar o que esto me condicione buena parte de la carrera. O que en mitad de la noche se te cierre el estómago y te impida comer a beber con el desastre asegurado. Hay que salir conscientes de que se aborda una auténtica aventura.

He conocido a gente increíble en la carrera y compartido con ellos muchos ratos y experiencias. He vivido momentos inolvidables con Jose, que para mí ha sido imprescindible para poder hacer esta ultra. Ha sido mi guía en todo momento y ha sabido tirar o esperar cuando lo necesitaba. Gracias Jose. He sentido el apoyo de mi familia y de muchos amigos, unos en la salida, el camino o la llegada, y otros en la distancia, pero todo ha sido fundamental para sentirme respaldado. En especial el seguimiento de Falín que estuvo al pie del cañón en todo momento. Gracias amigo.

He superado muchas barreras de todo tipo y salgo muy reforzado, dando más valor a una de mis frases favoritas, "el esfuerzo tiene su recompensa". Todavía hoy sigo dando vueltas a la cabeza por todo lo vivido. Es difícil de asimilar, transmitir los sentimientos de una experiencia así. Para mí ha sido la primera ultra de verdad y ha sido como asomarme al abismo, a una inmensidad en la que te sientes casi insignificante. Sentí mucho vértigo antes de empezar y al principio, pero una vez dentro disfruté. Hay sufrimiento, claro que sí, pero controlado. Encontré mucha paz y descubrí que hay mucho por ver y por sentir, y que hay que vivirlo en primera persona. Es un lujo tener la oportunidad de hacerlo y merece la pena intentarlo.

miércoles, 4 de marzo de 2015

El esfuerzo tiene su recompensa

Los retos personales son sueños para los que los persiguen y locuras para los que no los entienden. Hace algo más de un año un año volví a entrenar después de estar casi  el mismo tiempo lesionado sin poder correr. Según algunos (los de las locuras) por hacer lo que no se debe. Según otros, incluido yo, por hacer lo que te gusta. Seguramente tuve mis fallos y también mi porción de mala suerte. Las cosas pasan y lo importante es aprender de ellas, pero sobre todo, superarlas. Me costó mucho con esa pubalgia y tuve que poner lo máximo de mi parte, pero salí de un auténtico pozo deportivo del que hubo momentos pensé que no superaría.

Antes de caer lesionado tenía en mente correr la ultra trail por excelencia en Andalucía, Bandoleros. Una bestialidad para "los de la locura" y un reto de verdad para los que disfrutamos de esto. Cuando volví a entrenar, partiendo casi de cero, es verdad que era de locos pensar en ello, pero los que me conocen saben que lo tenía en la cabeza y al menos lo intentaría. Conforme fui mejorando y cogiendo forma ya tuve claro que podría intentarlo y allá por septiembre del año pasado la decisión estaba tomada. Desde entonces todo lo que he hecho a nivel deportivo, que ha sido mucho (entrenos, gimnasio y todas las carreras en las que he participado), ha tenido un único objetivo: estar en la salida de la ultra en Prado del Rey el próximo 6 de marzo a las 6 de la tarde con las máximas opciones posibles de terminarla. Después ya veremos qué pasa. Imposible saber cómo responderé a 150 kms y 6.000 metros de desnivel positivo, pero saldré con todas las ganas y toda la preparación que he podido hacer.

Para estar allí no puedo dejar pasar la oportunidad de dar unos agradecimientos que en algunos casos quiero personalizar (el que quiera pueda saltarse esto porque si no aparece será un poco pesado para él). Gracias a mis compañeros del Club Trail Pirata, porque siempre me han tenido presente y animado, aun cuando casi ni me veían por no poder acompañarlos en los entrenos o carreras. Especialmente a Falín y Jose, que han estado detrás empujando y compartiendo muchos momentos "regulares". A mis amigos y familiares por soportarme en todo este tiempo con un estado de ánimo a veces un poco bajo y relatando mis pocos o muchos avances con la lesión. Destaco a un amigo de verdad, Dani, y también incluyo a los blogueros y seguidores de mi blog, encabezados por mi padre como seguidor número uno y por supuesto al Abuelo Runner, Juanka, Álvaro, Barroso, Tomás, Jose Antonio, Óscar, Manuel, Miguel, Gonzalo, Pancho, Espíritu, Novatillo, Unyko, Joprivi, Diego, Sergio, Shuster y tantos otros. A mi compañero y sobre todo amigo Eugenio que también ha tenido que seguir toda mi evolución casi a diario. También a mi madre que nunca ha tenido una mala palabra para reprenderme por mis "locuras". No quiero olvidarme tampoco de todos los profesionales que me han tratado, cada uno con más o menos acierto o suerte, pero que contribuyeron a mi recuperación: Isabel la traumatóloga; Gabi el masajista de Tuina; los fisios Asun y Selu con más de 80 sesiones a su espalda; Irene con sus terapias y recomendaciones; a mi actual  terapeuta Fernando que tanto ha influido en mi mejora; y a Silvia, la fisio que tanta atención y ánimos me ha dado; también a los preparadores físicos Paco Ramírez, Rubén y Abraham por ayudar en mi fortalecimiento y preparación física. Y por último de forma especial a mi familia, mi mujer y mis hijos, que durante este tiempo han tenido que aguantarme con sesiones de todo tipo, estiramientos y ejercicios en cualquier lugar de la casa y una agenda más propia de un profesional.

Entre todos, cada uno en su medida, habéis contribuido a que el viernes 6 de marzo pueda estar en esa salida de bandoleros con lo que ello significa para mí. Acabarla o no ya veremos si es posible, pero desde antes de empezar os la dedico de corazón. Gracias, va por vosotros.


Con este vídeo he querido también tener un recuerdo con todos los que en este año he tenido la suerte de compartir entrenos o carreras. Ha sido un lujo disfrutar de esto con vosotros: el camino a bandoleros.