La verdad es que no me he comido mucho la cabeza para poner este nombre. No es muy original pero creo que expresa lo que pienso sobre correr y lo que para mí significa.
Siempre escuchamos que es un gustazo salir a correr, admirar los paisajes y “escuchar los pajarillos en el campo mientras nos acaricia una suave brisa en la cara”. Eso es un rollo. Correr ya de por sí solo implica un esfuerzo físico, al nivel que sea, y aunque acabe gustándote, hay que esforzarse y poner empeño en hacerlo.
El hecho de salir a correr implica buscar tiempo, vestirse adecuadamente, correr la distancia y ducharse después. Eso como mínimo. En mi caso, yo añadiría muchas más cosas: estiramientos antes y después, abdominales, y algunos cuidados como el hielo en las rodillas, crema antinflamatoria y lo que surja. Vamos, que como he titulado, todo un reto. Eso en lo puntual de cada momento.
El hecho de decidir correr en serio es lo que realmente considero un reto. Reto personal de romper con rutinas cómodas y tener un compromiso con uno mismo. Reto diario de enfrentarte al frío o al calor, a la lluvia y al barro, al resfriado, al dolor de cabeza, al de pies y rodillas, etc. Reto deportivo de decidir un día correr una carrera popular, después alguna media y sobre todo, la maratón.
Por todos esos motivos me quedo con ese nombre. Y después de escribir todo esto estoy hasta más convencido, aunque también añadiría que es todo un reto escribir sobre todo ello.
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