Punto muerto

Desastre total: finalmente el virus fue diagnosticado como gripe. La doctora que me lo confirmó me dijo que tenía suerte, que este año era "benigna". Pues menos mal, porque a mí me ha dejado fuera de combate ya diez días y tiene contagiada a media población. Llega a ser grave y a la UCI no?

Lo cierto es que el domingo fui empeorando, y así llegué al lunes con tiritones, escalofríos y fiebre, aunque no muy alta, sobre todo por las noches. He tenido que cambiarme de pijama de madrugada casi todos los días, empapado por el sudor. Y sobre todo, un dolor por todo el cuerpo que me quitaba las ganas de hacer na de na.

El martes igual, pero ahora con una incipiente y molesta tos seca. Aunque fui a trabajar al salir me fui a que me vieran, y la doctora me aconsejó la baja, ya que estaría así como una semana. Menos mal que ya llevaba unos cuantos días...

El miércoles también chungo, aunque el dolor muscular se intercambió por un fuerte dolor de cabeza que acabó convirtiéndose en jaqueca pura. El jueves pequeña mejoría, pero sigue el mal cuerpo y la tos va en aumento. El viernes otra vez la fiebre, y así el sábado, el domingo y hoy lunes. La tos, a peor.

He vuelto a ir al médico y aunque me han descartado cosas peores (neumonía) al hacerme radiografías del pecho se ha visto que lo tengo hasta arriba de "moquitos". Que los tengo que expulsar y a aguantar más días, que esta gripe está llegando hasta las 2 semanas. Toma ya!

En fin, que esto era un blog de running y parece que acabaré hablando del dr. House o de Urgencias. Así es la vida. Creo que ya he dicho esto varias veces este año desde que inicié mi plan de maratón. Ante esto no se puede hacer nada, y cuando se está en la inactividad se corre el riesgo de comerse la cabeza y amargarse la vida, pero no es mi estilo. Bueno, lo segundo, porque un poco sí que me como la cabeza, la verdad.

Puedo hacer varias interpretaciones de esta situación, unas más positivas y otras no tanto. Para empezar, el plan está en punto muerto, esto es, no soy capaz de cumplirlo ni lo seré. Los kms y salidas que he perdido esta semana son irrecuperables, ya que lo que faltan son semanas de recuperación.

El parón, al que hay que sumar el resfriado de final de año que también me hizo perder varios días, ha venido en el peor momento de la preparación: en el pico de kms. Ahora tenía que llegar al máximo, y hacer las tiradas más largas de 30 kms. Me tendré que conformar con 2 que he hecho de 25/26 kms. también tengo que pensar como bueno en todos los kms que he hecho antes del propio plan, porque ya llevaba muchos meses entrenando duro. Supongo que esto irá a mi favor.

Por otro lado, las secuelas que esto me va a dejar también me dan que pensar. En principio estoy a menos 3 semanas de la prueba, tiempo de sobra para recuperar fuerzas y defensas, pero cuando lleguen los momentos duros, el famoso "muro", igual me acuerde de esto.

Bueno, no quiero buscar ninguna excusa, pero la situación que se me ha presentado es un poco preocupante, sobre todo para un cuadriculado como yo, al que si algo se sale de lo previsto ya me desquicia. Pero como siempre digo, habrá que buscar soluciones: si hay que bajar el ritmo de carrera lo haremos para no arriesgar y si hay que sufrir un poco más pues apretaremos los dientes todo lo que podamos.

En cualquier caso, hasta que no esté recuperado no podré ver el alcance de esto: ni como estoy de forma, ni si hay tiempo de recuperarse. Lo que está claro es que la Media de la Cartuja no podré ir el próximo domingo. Lo de más adelante, Dios dirá...