domingo, 20 de marzo de 2011

Semana a tope y Media de la Bahía de Cádiz

Después de los rodajes de la semana pasada, en los que empecé a encontrarme mejor, y sobre todo de la tirada medio larga del domingo decidí que intentaría ir a la media de Cádiz del día 20. Para eso tenía que hacer una semana completita de entrenos y probar aun más mis fuerzas.

Así que me apreté fuerte los cordones y salí el lunes, martes, jueves y viernes combinando kilometrajes largos con ritmos medios. Distancia y calidad dentro de mis posibilidades. Los rodajes fueron de 13, 10, 10 y otros 13 kms en esos días. Los ritmos medios también fui bajándolos de 5,15 a 4,55. Caña total.

El sábado estaba un poco cansado, no voy a negarlo, pero con mucha ilusión de volver a las carreras. Viendo cómo estaba mi plan era salir a 5,15 y aguantar a ese ritmo hasta el km 10. A partir de ahí, apretar o aflojar según estuviera. El calor y la autovía podían hacer estragos, y aunque he mejorado no he hecho más de 13 kms de una tirada. No sabía cómo iba a responder a partir del 15.

Y llegó el domingo, y todo lo planeado se fue al traste. Para empezar, me quedo dormido. Tenía que estar a las 7:45 en Cádiz para coger el autobús que nos llevaba a la salida en San fernando. Salí de casa a las 7:35 con un zumo y unos cereales saliéndome por las orejas. Cruzo los dedos porque no me llegue ninguna multa por velocidad en el tramo de autopista Jerez-Cádiz. Llego a las 8 en punto, cojo el último autobús y nos suelta en Bahía Sur para recoger el dorsal en una cola kilométrica.

Tardo más de media hora en llegar a mi turno de recogida. Nefasta organización: un mostrador con 3 chavales entregando los números como si fuera una tómbola. Después a otra mesa por el chip. Son las 9, por los altavoces avisan que se vayan acercando a la salida y yo poniéndome el dorsal, el chip y quitándome el chándal a la vez. A la desesperada entro en el servicio. No podía más, el stress me estaba matando.

Salgo corriendo del servicio, el corazón en un puño y unos de la organización me dicen que cruce el campo de fútbol hacia la salida que casi que "me están esperando". Les tiro la mochila (ni me dio tiempo a dejarla en el punto de entrega) bajo la promesa que me la llevan a Cádiz (cruzo los dedos otra vez) y hago un medio sprint para incorporarme a la cola del pelotón (eso fue mi calentamiento). Casi que no me da tiempo a parar y dan el pistoletazo. Para una vez que llego justito no nos hacen esperar, tiene tela esto.

Y por fin empieza la carrera, ahora a "descansar de tanto stress". El primer km de calentamiento y en cola del grupo lo hago a 5:26. Epiezo a coger ritmo y me veo muy bien, así que me animo y me pongo a 5 para adelantar gente y encontrar mi sitio. Pero pasan los kms y sigo adelantando. No he bajado el ritmo, más bien lo he subido algo, en torno a 4:50. Dudo un poco en bajar pero decido esperar a entrar en la autovía, que será más dura.

Llega la recta de la autovía y me engancho con Gustavo, el hermano de José Mari, que se estrena en las carreras nada menos que en la media. Va muy bien, con sus cascos y muy concentrado. Se viene conmigo un buen rato, casi hasta el final de la autovía. El viento no era de cara así que lejos de bajar el ritmo apreté un poco en algunos tramos, en torno a 4:40/4:45.

Entramos en Cádiz y ya estoy un poco tocado. Es la barrera de los 15 kms, la prueba de fuego. A partir de ahí toca apretar los dientes. Recupero algo de capacidad de sufrimiento y mantengo los ritmos en torno a 4:45. Los últimos 2 kms son puro sufrimiento: recta en subida, sol de frente y viento de cara.

Para colmo, la nefasta organización nos mete un km más. Encima que uno va con lo justito y con las condiciones que he contado, toma kilometrito de propina. La capacidad de sufrimiento se convierte en tortura, y llego con las últimas reservas. El tiempo, 1:48 que si le quito el km de regalo se queda en 1:43 largo. Inesperado totalmente. Muy satisfecho y muy reventado, pero mereció la pena.

Por último, tras mi botellita de agua y mi naranja (que no podía faltar) voy a por la camiseta de recuerdo. De nuevo la nefasta organización convierte el acto en una odisea en la que hay que emplearse a fondo con empujones y codazos. Lamentable.


Después me encontré con Alfonso que también estaba un poco perjudicado por la dureza de la carrera y rajando de la nefasta organización. Conclusión: mejor pagar algo por una inscripción (no sé si los 15 de la Rota-Chipiona) y tener mejores condiciones.

En resumen, vuelta a las carreras mucho mejor de lo pensado pero también con mucho sufrimiento. Pero de eso se trata, la recompensa y la satisfacción son mayores cuanto mayor es el esfuerzo. Probablemente me haya costado más hacer este tiempo que 10 minutos menos dentro de un par de meses en otra media. Ahora a descansar, que estoy reventado No sé si saldré mañana, aunque ya tengo mono...

1 comentario:

  1. Enhorabueno por la carrera, que despues de todos tus contratiempos, el tiempo empleado es fabuloso. Ahora toca mejorarlo.
    Yo he dado un paso de gigantes para atras, ahora tengo que empezar de nuevo. Asi vamos, palante y patras.

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