Semana 3/11 Ronda 101 - Virus y paliza en la sierra

Esta semana ha sido dura de verdad, y no precisamente por el número de kilómetros hechos. El domingo pasado terminé tocado de la garganta y bajo de fuerzas afectado por un virus que según me dijo el médico podría acabar con fiebre y problemas de estómago. Afortunadamente no llegó a eso pero me tuvo hasta el miércoles bastante pillado.

A pesar de eso el lunes me fui al gimnasio. Total, no hay que estar muy motivado para sentarse en una máquina a levantar pesas. Se me hizo un poco largo pero no me fue mal del todo y cumplí con lo previsto en el plan. El martes ya no podía con mi cuerpo y tuve que hacer descanso imprevisto pero obligado. Miércoles, ya bastante mejor, y jueves, sí hice el primero unas buenas series de cuestas y el segundo un cochinero de 10 kms. Viernes descanso previo a la dura carrera del sábado en la sierra.

El sábado muy temprano salimos los 4 precientouneros en dirección a Ubrique, donde correríamos la II Carrera por Montaña Sierra de Ubrique Benaocaz. Mis compañeros la hacían por primera vez, lo cual tiene su mérito, pero yo iba por segundo año consecutivo, y eso es de loco. Sabiendo lo que me esperaba no iba muy animado, la verdad, y encima renqueando del resfriado de la semana. Pero bueno, lo que importaba era el rato de convivencia con mis amigos y entrenar "algo" de cuestas para las piernas. Lo primero se consiguió con creces, lo segundo se convirtió en un ataque a mi forma física que espero no pase factura.

El perfil de atrás es lo que nos esperaba...

Con un total de 16,3 kms y 1.100 metros de desnivel positivo reales (la organización anunciaba 17,7 kms y 1.400 de subida) la carrera es una auténtica prueba de fuego para las piernas y el corazón. Las pendientes en los primeros kms son escalofriantes y casi impracticables, ya que hay que ir de piedra en piedra, con peligro de desprendimientos y alguna zona con dificultad para mantener la estabilidad y no caer rodando hacia abajo. Prometo que no exagero.


Tras salir del pueblo y hacer varios toboganes por sus calles iniciamos la ascensión. El segundo km era un carril duro, pero a partir del tercero casi no se podía ni andar. Éste lo hice en casi 14 minutos y el km 4 en 20 minutos y medio. Tras un pequeño falso llano, por supuesto salpicado de piedras, se iniciaba la segunda ascensión, con otros 3 kms durísimos que hice en 13,17 y 11 minutos. Si la primera subida la hice a ritmo constante y controlando pulsaciones (rondando las 160 ppm) en esta segunda sufrí bastante. Después venía el descenso, también durísimo, ya que salvo una pequeña pradera al principio de unos 600 metros los 7 kms restantes eran por una calzada romana "con todas sus piedras" que la hacían peligrosísima. No quise arriesgar demasiado, aunque sí puse un ritmo de crucero aprovechando mi 45 de pie que me servía para ganar apoyo en lo irregular del terreno. A pesar de todo, terminé con muchos sustos, arañazos en las piernas y alguna contusión, sobre todo en un pie que en frío sí me está molestando más de la cuenta.

Sanos y salvos al terminar

Al final terminé en 2 horas 25 minutos, más de 35 minutos menos que el año pasado, y mucho más entero. Me quedo con eso, con la sensación de haber podido con la prueba, de tener otra experiencia más. Y por supuesto, con el gran día que eché junto a mis amigos Falín, José María y David, que también hicieron una gran carrera. Duchita al final y almuerzo en una venta a la vuelta en Arcos donde comentamos la jugada. Todos de acuerdo en que el recorrido es tan exigente y técnico que impide correr en casi ningún momento, pero hecha está. Nuestras piernas dan fe de ello...

En resumen, semana atípica con un día de gimnasio y sólo tres entrenos, ya que hoy domingo preferí no hacer un cochinero recuperador que tenía previsto. Aproveché un largo paseo con la familia para estirar las piernas y comprobar que aunque no estoy muy mal lo mejor es esperar a mañana o pasado para rodar de nuevo.