La rodilla del corredor

La rodilla suele ser susceptible a la lesión traumática, sobre todo porque está sujetada en tensión máxima por las dos palancas más largas y potentes del cuerpo (la tibia y el fémur), por lo que de todas las articulaciones que soportan un grado importante de carga, es la más vulnerable al traumatismo, ya sea accidental o repetitivo.

Estudiando la rodilla de un corredor de fondo, el dato más frecuente de lesiones nos lleva a DOLOR EN LA CARA ANTERIOR DE LA RODILLA, y en especial a la CONDROPATIA ROTULIANA ó RODILLA DEL CORREDOR, una lesión degenerativa que afecta al cartílago de la superficie articular de la rótula.

Esta lesión del cartílago (ablandamiento y degeneración), se produce en la cara posterior de la rótula con mayor frecuencia. Se trata de un estado patológico del cartílago rotuliano que comienza en las capas más profundas del mismo. Se la considera como parte normal del proceso de envejecimiento o como una reacción del cartílago articular frente a fuerzas anormales. Una de las causas por las que se produce es por el sobreuso de las articulaciones por la práctica de la carrera, que puede provocar un desgaste acelerado del cartílago.

Síntomas y signos: Cada corredor puede sentir el dolor cuando tiene esta lesión de forma diferente, pero por lo general, el dolor en la cara anterior de la rodilla es el principal síntoma, dolor sordo, profundo, a veces en toda la cara anterior de la rodilla, al principio, puede manifestarse durante los rodajes, con frecuencia se notan molestias localizadas en la cara anterior de la rodilla, otras veces lo notamos internamente o irradiado a las estructuras anatómicas vecinas, sensación de roce en la rodilla, se acentúa en las bajadas dando sensación de inestabilidad (escaleras, cuestas) y conduciendo mucho rato, en el cine (o permanecer sentado muchas horas, por la posición en flexión de la rodilla), a veces tras un golpe en la rodilla y posteriormente ir a entrenar, cuando cruzamos las piernas, al agacharnos, al estar en posición de cuclillas, levantarnos del sillón ayudándonos de los reposa - brazos (sensación de rigidez y dificultad para extender la rodilla).

El dolor puede afectar a ambas rodillas, pero según los estudios predomina en la rodilla izquierda. La incidencia de esta lesión aumenta con la edad, sobre todo a partir de la tercera década de la vida. Se ve con mayor frecuencia en atletismo y en deportes que se desarrollan en terrenos duros (balonmano, baloncesto, etc.). Un grupo de alto riesgo lo constituimos los corredores de fondo.

Prevención y recuperación: Si queremos prevenir las lesiones de rodilla, entre otros, deberemos cuidar nuestra musculatura. Si entrenamos con desniveles o participamos en carreras donde existan, y sobre todo en montaña y caminos, generamos una contracción excéntrica (sobre todo en las bajadas), mucho más acentuada que en una carrera o entreno llano. Este tipo de contracción necesita la musculatura y la zona músculo-tendinosa del cuádriceps y zona rotuliana. Al correr fortalecemos la musculatura, pero para hacerlo de forma significativa debemos ejercitarla contra una mayor resistencia de forma progresiva.

Dieta: Dietas con  vitaminas C y D y minerales como calcio y fósforo. Alimentos ricos en mucopolisacáridos (vísceras, pies de cerdo, callos, etc.). Complementos nutricionales (existen muchos productos en el mercado, como por ejemplo: Artroactive, Artigel, Condrosán, etc.). Alimentos ricos en glucosaminoglicanos (cartílago de tiburón, también contiene proteínas, fósforo y calcio).

La condropatía rotuliana es una enfermedad compleja para el corredor, pero la mayoría de pacientes que presentan los signos y síntomas típicos mejoran con lo anteriormente expuesto.

Todo esto viene porque el lunes estuve en el fisio y después de una primera exploración, con las reservas de no tener hecha radiografía o resonancia magnética, me confirmaron que las molestias que vengo padeciendo últimamente y que se han acentuado en las últimas semanas son por un posible desgaste del cartílago articular.

Después de investigar algo por la red y consultar con algún conocido el susto inicial ha pasado a una preocupación relativa. Los síntomas que tengo no son graves y puedo seguir corriendo, por lo que no va a ser motivo de abandono de la maratón. Otra cosa será cómo me afecte en la carrera, pero hasta que no llegue el día no lo sabré.

Así que sabiendo a lo que me enfrento seguiré con lo que tenía pensado hasta el día M. De cinco he pasado a cuatro días de entreno, eliminando los días de calidad o como mucho haciendo algunos cambios de ritmo, y no voy a pasar de 20/22 kms de máximo en un rodaje en estas tres semanas que prácticamente restan. Además, seguiré tomando Condrosan 400 (llevo tres meses haciéndolo, y es que sabía que algo de esto había…).

Pero sobre todo, no voy a volver a hablar de la rodilla (a menos que sea por algo muy bueno o muy malo) para evitar que sea el centro de atención de los próximos días. Dicho esto, continuaré con la lógica precaución los entrenos hasta el 19 de febrero y tras la carrera me tomaré un periodo de descanso de mínimo 7/10 días, en los que iré al traumatólogo, me haré las pruebas que haga falta y decidiré en consecuencia. No pasa nada…gajes del deporte.